El coronavirus ha traído la incertidumbre máxima a una vida ya plagada de interrogantes sobre el futuro. Vivimos una situación de miedo a las consecuencias para la salud en nosotros y nuestros seres queridos y a las consecuencias para nuestro proyecto de vida: nuestro empleo, nuestra actividad empresarial o profesional. ¿Cómo afrontar emocionalmente estas situaciones? Os dejo unos consejos.
En una situación de pánico se produce un primer momento de negación: “no pasa nada”. La huida al campo o la segunda residencia de miles de personas no es más que una forma de negación de una realidad que nos asusta.
Las emociones han sido estudiadas desde muy diferentes perspectivas pero me voy a detener en la de Weiner. Considera que hay tres dimensiones independientes. locus de causalidad, controlabilidad y estabilidad.
En este caso la causalidad puedes ser externa (no somos nosotros los causantes del coronavirus) o interna (podemos pararla si no tenemos contactos sociales).
La controlabilidad es el análisis que cada individuo hace de si se podría haber evitado o no la extensión del coronavirus. La estabilidad es la percepción de si es un hecho puntual y que pasará o si es permanente o al menos durará un largo período de tiempo.
Estos conceptos son muy importantes, porque la combinación de estas dimensiones nos hará sentir de una manera o de otra. ¿Cómo debemos manejar esta situación?
La evitación de contactos sociales es una dimensión interna (lo decidimos nosotros) y permite controlar el virus (se ha demostrado en China). La emoción asociada a esta combinación es autoestima (ayudamos) y esperanza (se puede controlar).
Esto afecta también a la estabilidad (pasará pronto). Por tanto debemos centrarnos en estos factores. El establecer que no se ha controlado porque “otros” no lo han hecho causa ira y si nosotros no lo hemos hecho (hemos seguido contactando con otras personas) culpa.
El que otras personas ayuden a controlarlo con su trabajo y sus acciones nos crea la emoción de gratitud. Por tanto, gratitud a los profesionales de la salud y a las personas que se aíslan. Autoestima por aislarnos nosotros y esperanza porque con el trabajo de nuestro personal sanitario y nuestra responsabilidad podemos controlar la pandemia. Se trata de centrarnos en esos factores para que nuestras emociones sean las adecuadas para afrontar esta situación.
El estrés
Hay una situación de desequilibrio entre las demandas ambientales y los recursos propios y ajenos. Muchas personas se sienten “sobrepasadas” por la situación y eso genere estrés.
Lo importante es saber que el estrés se genera por una combinación de la situación y de la apreciación que cada uno de nosotros hagamos de esa situación. El estrés puntual es una forma de alarma pero si se mantiene provoca problemas en todos los ámbitos (sociales, emocionales y fisiológicos).
¿Cómo manejarlo? Tiene mucho que ver de nuevo con los factores en que nos fijamos.
Estamos ante una amenaza. Y sus consecuencias son profundamente negativas. Pero no debemos quedarnos ahí.
En segundo lugar valoramos nuestros recursos para afrontar la situación: su propia responsabilidad frena la expansión. Nuestro sistema sanitario es de los mejores del mundo. Podemos afrontarlo.
¿Cómo afrontarlo?
-Planificación: actuaciones para afrontar la situación. Cree un calendario de rutinas, establezca formas de hacer “lo que esté en su mano”, organice sus actividades para saber qué hacer en cada momento del día y sustituir sus rutinas interrumpidas (clase, empleo, etc.). Y establezca también minutos de “respiro”, de ocio familiar. Por ejemplo, después de comer, vamos a jugar a algo toda la familia.
-Apoyo social. Es el momento de ayudarnos, de la solidaridad, de desahogarnos y dejar que otros se desahoguen con nosotros o de ayudar a quienes no pueden salir de casa o no tienen recursos. Ayudaremos a otros y nos auxiliaremos a nosotros mismos: la autoestima es un buen remedio.
En definitiva:
- Centre su mirada en aspectos positivos: podemos afrontarlo.
- Establezca rutinas y cúmplalas.
- Ofrezca y solicite apoyo social sin contacto físico. Hable con sus vecinos a distancia, ayude a quien lo necesite.
- Abra su mente a la autoestima y la gratitud y no deje que la ira o la culpa se apoderen de usted.
- Y sobre todo no se atiborre de información irrelevante y falsa. Necesita certidumbres, lo sé. Acuda a las fuentes oficiales y siga sus consejos e informaciones.