El uso del análisis de datos tiene aplicaciones prácticas en todas las vertientes del marketing: precio, producto, distribución y publicidad. Les mostramos los más importantes.
PRECIO:
El análisis de datos históricos permite conocer qué productos tienen elasticidad de la demanda, es decir qué sensibilidad tiene el consumidor ante la subida o bajada del precio de un determinado producto. Si suben las ventas cuando baja el precio o no. Esto permite delimitar en qué productos se pueden realizar ofertas y en cuáles no es interesante hacerlo. También es posible realizar una fijación dinámica de precios. La mayoría de Webs de reserva de aviones y hoteles lo usan pero se puede extender a otros productos. Tiene en cuenta el aumento de demanda general y el interés particular de un consumidor y su sensibilidad al precio.
DISTRIBUCIÓN:
El análisis de datos permite optimizar las rutas de distribución para ahorrar tiempo y combustible. También permite analizar las necesidades de stock y predecirlas. Y con el uso de mapas y datos geográficos de clientes y visitantes de la Web y de datos abiertos (como el censo de habitantes y empresas) decidir el mejor emplazamiento para una empresa.
PRODUCTO:
Mediante el análisis de la cesta de la compra mediante reglas de asociación se pueden conocer productos que se venden conjuntamente y realizar packs de venta conjunta. También se pueden analizar las necesidades de los consumidores y los problemas y dudas que genera un producto y por tanto mejorarlo. Además el análisis de datos permite detectar fallos en la cadena de producción porque encuentran patrones. Por ejemplo, es determinada pieza, determinada máquina o determinado horario el que provoca mayor número de quejas, devoluciones o problemas.
PUBLICIDAD:
En primer lugar el análisis de datos permite conocer los insights de los consumidores, su motivación para la compra. También se puede saber el posicionamiento de nuestra marca y producto y el de la competencia y actuar en consecuencia. Permite analizar con test A/B los mensajes más adecuados y conocer el lenguaje de los consumidores, dónde están y sobre qué hablan. Es decir nos ayuda a saber qué canal utilizar, qué palabras y sobre qué motivaciones basar nuestros mensajes publicitarios. Para algunos de estos análisis basta con buscar patrones en nuestros datos internos: por ejemplo el estudio de la elasticidad de la demanda. En otros casos podemos utilizar datos abiertos o los mensajes en las redes sociales y nuestro servicio de atención al cliente. Se trata de dar rentabilidad a un “capital” que está ahí: los datos.